miércoles, 6 de marzo de 2013

La ermita y la Virgen de Belén



El día 3 de marzo fui con mi padre a visitar la ermita de Belén en Puebla de Sancho Pérez. Es un gran edificio pintado de blanco. Hay unas escaleras para acceder a su patio y en el último escalón hay una fecha escrita, 1958, supongo que será alguna obra que se hizo en ese año. Mirando a la izquierda desde el arco de entrada se ve el albergue de los peregrinos. El patio me llamó la atención por su suelo de rombos blancos y negros. A mí me gusta llamarle el patio de los arcos. Había muchas plantas. En el interior pude apreciar la amplitud de la ermita. Al mirar hacia arriba desde el patio vi una espadaña con tres vanos. En dos de ellos había campanas, una era más grande que la otra. A continuación os hablaré de esta ermita y de la Virgen de Belén.
Ermita de Belén

La ermita de Belén se trata de un edificio de carácter religioso construido en el año 1498 y reconstruido en el año 1503. Es de estilo barroco. Se caracteriza porque la nave se divide en tres tramos, con bóveda de cañón, arcos de medio punto, capilla mayor con camarín y tejado a dos aguas. En su origen no presentaba sacristía pero tras su remodelación en el siglo XVIII se le añadió.

En la parte izquierda se encuentra adosada la Plaza de toros, datada por algunos autores en el siglo XIV, lo que la convertiría en la más antigua de España. Su forma no es circular como podría pensarse, sino es prácticamente cuadrada. La puerta es roja con un círculo color albero y las paredes de blanco, aunque están muy sucias.  
Plaza de toros


La imagen de la Virgen de Belén es una talla realizada en alabastro, en la que se aprecia la figura de la Virgen sujetando al Niño Jesús. Es una obra protogótica datada en el siglo XV, de gran valor estético y artístico.
Una leyenda cuenta que fue encontrada en un matorral por un pastor en el año 1380 a las afueras del pueblo, exactamente en un lugar llamado El Calvario. Dice la leyenda que empezaron a hacer la ermita en el camino de las cruces, levantaban una pared y al día siguiente estaba caída, y así varias veces. Al final decidieron hacerla en Belén.
También cuenta la leyenda que Juan de Toro, que estaba ciego, al hablar con la virgen comenzó a ver y dijo: "Una ermita que todos llamen Belén en este lugar santo con mis bienes quiero hacer".

La imagen mide unos 81 centímetros y está tallada en alabastro. Representa a la Virgen de pie con postura frontal, cogiendo al niño con su mano izquierda. Esta lleva una túnica blanca ceñida a la cintura con un gran manto cayendo sobre sus hombros, con unos adornos a su alrededor. En su cabeza lleva una gran corona dorada con forma circular, que estaba sostenida por un gran clavo. El niño va vistiendo también con una túnica y lleva en sus manos la Biblia. La escultura es del estilo gótico. Tallada en alabastro con su parte de atrás sin tallar. La talla está policromada en la cabeza, manos y pies.

El principal daño que acusaba el soporte era la multitud de arañazos, golpes y desgastes que surcaban el alabastro. Los desgastes eran más acusados en la parte frontal, sobre todo en la mitad inferior. Los arañazos más llamativos aparecían en las manos de la virgen, con apariencia más que sospechosa de haber sido producidos de manera intencionada. Otros desgastes están repartidos por su parte frontal, posiblemente debido a las manipulaciones sufridas por la escultura cuando era vestida. En 2006 fue restaurada y ha quedado mucho mejor.
Virgen de Belén tras la restauración

La ermita se conserva bastante bien. Desde que era pequeña la he visitado y siempre me ha llamado la atención. Además mi abuela siempre me contaba cosas muy interesantes sobre ella y me gustaban.
Espadaña de la ermita

En la entrada a la ermita

En la puerta de la plaza de toros




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